vaquillas

provincia de ávila

el hombre primitivo

Dentro del amplísimo corpus de mascaradas que aparecen en la Península Ibérica tienen una especial relevancia las mascaradas zoomorfas y entre ellas las denominadas “vaquillas”, representaciones de bóvidos en forma de armazón manipulado por una o dos personas. Estos personajes son especialmente abundantes en el Sistema Central y en el área centro-oeste de la Península.

Su origen es común al resto de mascaradas: vinculadas, desde una cosmovisión del hombre primitivo, a los ciclos de la naturaleza, se actualizan en el mundo romano y se cristianizan posteriormente, apareciendo refugiadas en el tiempo festivo del invierno, en el periodo marcado por los Santos Viejos (San Sebastián, San Antón, San Blas…) y los Carnavales.

un animal figurado

Las características principales de estos protagonistas, suelen ser comunes a todas ellas: cuernos dispuestos en armazones (usualmente de madera) que permiten su manipulación por una o dos personas que manejan y dirigen la vaquilla (muy a menudo los quintos del año). Estas estructuras de madera se suelen cubrir con mantas, sábanas o pañuelos que decoran el personaje y ocultan a los portadores. Se asisten también de cencerros que avisan del recorrido del animal figurado.

Tienen momentos especiales para su aparición y su papel es siempre el de embestir a las mujeres y niños, con un marcado carácter propiciatorio de la fecundidad (ya olvidado) en campos, ganados y personas, acompañado del ruido y estruendo característico de estas manifestaciones festivas vinculadas al despertar de la primavera y el inicio de un nuevo ciclo vital. Muchas de estas apariciones van seguidas de ejecuciones públicas del personaje y derramamiento de sangre (vino) figuradas.

En diferentes localidades

En la provincia de Ávila es una costumbre que sigue muy viva en muchos de los pueblos de las serranías abulenses.

Se documentan en las localidades de Burgohondo (durante la fiesta de San Sebastián), en el Hoyo de Pinares (por San Sebastián), en Navalacruz (aparece junto al vaquero en el Carnaval), en Navalmoral (el Miércoles de Ceniza), en Navalosa (el Domingo Gordo), en Hoyocasero (en Carnaval), en El Hornillo (escoltando a los Morangos del Carnaval hornillejo), en Navarredonda (durante el Carnaval), en Hoyos del Espino (con su característico armazón de mimbre, salía en San Antón) así como en las localidades de Gemuño, Piedralaves y la desaparecida de El Barco de Ávila entre otras.

(Autoría del texto Carlos del Peso Taranco)

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