un animal figurado
Las características principales de estos protagonistas, suelen ser comunes a todas ellas: cuernos dispuestos en armazones (usualmente de madera) que permiten su manipulación por una o dos personas que manejan y dirigen la vaquilla (muy a menudo los quintos del año). Estas estructuras de madera se suelen cubrir con mantas, sábanas o pañuelos que decoran el personaje y ocultan a los portadores. Se asisten también de cencerros que avisan del recorrido del animal figurado.
Tienen momentos especiales para su aparición y su papel es siempre el de embestir a las mujeres y niños, con un marcado carácter propiciatorio de la fecundidad (ya olvidado) en campos, ganados y personas, acompañado del ruido y estruendo característico de estas manifestaciones festivas vinculadas al despertar de la primavera y el inicio de un nuevo ciclo vital. Muchas de estas apariciones van seguidas de ejecuciones públicas del personaje y derramamiento de sangre (vino) figuradas.